19 dic 2014

La praxis de la cuestión en sí

Theophrastus Bombastus inventó el láudano,
pero nunca pudo crear un bálsamo
para las heridas del amor.

Marco Vitruvio Polión descubrió la sección áurea,
pero no supo hallar
la raíz elíptica del abandono.

Aleister Crowley fabricó magia para boquiabiertos
amalgamando legajos sacados de tarros herméticos,
pero no sabía nada de los encantos.

Gloria Gaynor en cambio
supo dar con el aleph, el alfa y el omega,
la palabra que da sentido al absurdo:
sobreviviré.

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